¿Qué es?
Pueden eliminarse fácilmente los capilares y las rojeces mediante IPL de forma
seguro, efectiva y duradera.
Las rojeces se presentan en diferentes tamaños, formas y zonas del cuerpo diagnosticadas como manchas de vino oporto, cuperosis, hemangiomas, rosáceas, puntos rubí (angiomas de Campbell de Morgan), etc.
La luz se absorbe en la hemoglobina y se convierte en calor, el cual destruye la
pared del vaso. Como resultado las rojeces desaparecen gradualmente después
del tratamiento.
Según la naturaleza de las lesiones los vasos sanguíneos desaparecen en una o pocas sesiones de tratamiento, quedando la lesión cada vez más rosada o desapareciendo totalmente.
Además, la penetracion de la luz
estimula la producción de colágeno mejorando la textura de la piel, reduciendo el
tamaño del poro e incrementando la luminosidad e igualando su tonalidad.
Aplicaciones
Todos los pacientes con lesiones rojas en la piel pueden tratarse, pero las más
habituales son las lesiones adquiridas con el paso de los años en rostro y escote,
así como los puntos rubí.
También las malformaciones vasculares congénitas como manchas Oporto y
hemangiomas. El tratamiento es más efectivo en pacientes con fototipos claros y
sin broncear, ya que cuanto es mayor el contraste entre la rojez y la piel, más fácil
y seguro es el tratamiento.
Varios vasos sanguíneos pueden tratarse con un solo flash de luz. La duración del
tratamiento depende la zona y del número de vasos a tratar.
El número de
sesiones depende del tipo de lesión y la extensión de la misma. Estudios clínicos
han confirmado que son necesarias varía sesiones a razón de cada mes y medio.
Indicaciones
Zonas: cualquier zona facial y corporal.
Sesiones: entre 1-5 sesiones separadas de 1 mes, según cada caso.
Duración del tratamiento: 30 minutos.
Dolor: leves molestias.
Recuperación: al cabo de 3 días.
Visibilidad de mejoría: al cabo de 1 semana.
Época del año recomendada: de Octubre a Mayo.
Tratamientos combinables: todos los tratamientos faciales y corporales.
Consejos: es importante evitar tomar el sol, solárium o el uso de cremas
bronceadoras antes y después del tratamiento. Si la piel está bronceada
absorberá más luz, haciendo del tratamiento menos efectivo y doloroso.
Generalmente no es necesario un cuidado post-tratamiento, pero se recomienda
aplicar frío después y utilizar un gel calmante, prescrito por el médico, los días
posteriores. Se recomienda el uso de geles hidratantes y el uso de cremas de
protección solar (mínimo SFP 50+). Si toma algún tipo de medicación, se debe
informar el médico para saber si es fotosensible.
